¿Qué aporta el feminismo a la Terapia Ocupacional?
“Solamente cuando las mujeres comienzan a sentirse en su casa sobre esta tierra, vemos aparecer una Rosa Luxemburg o una madame Curie. Ambas, demuestran con brillantez que no es la inferioridad de las mujeres lo que determina su insignificancia histórica: su insignificancia histórica las condena a la inferioridad”.
Simone de Beauvoir
El feminismo puede ser comprendido desde diferentes puntos de vista, de hecho, actualmente es más probable escuchar el concepto “feminismos” que “feminismo”. ¿Por qué se producen estas acepciones? Como toda ideología, en la medida que más personas toman conocimiento sobre ella, esta forma de entender la realidad (o lo que entendemos por ella), va cambiando y tomando diferentes vertientes y objetivos.
Por ejemplo, los estudios de Ciencia, Tecnología y Género, dentro del feminismo filosófico, han propuesto pensar la cuestión de las mujeres en la filosofía y la ciencia, cuestionando las miradas androcéntricas en la historia: donde las mujeres están ausentes o pasan a un segundo plano; y también, criticando la forma de comprender la epistemología, esto es, asumiendo la existencia de una verdad objetiva independiente del sujeto que la observa.
Particularmente, el primero de estos objetivos, ¿Es pertinente para pensar la Terapia Ocupacional?
Pensemos un momento en la historia de la disciplina, ¿Qué conocemos al respecto?, ¿Quiénes son las o los fundadores?, ¿Cuál es la versión oficial sobre la historia de la Terapia Ocupacional? Probablemente, en nuestros recuerdos aparecerán Meyer, Barton o Dunton, todos ellos médicos varones que aportaron a la construcción de la disciplina, pero no fueron los únicos. La Terapia Ocupacional, como prácticamente todas las disciplinas sanitarias, presenta una serie de sesgos sexistas, ya sea en la intervención, o bien, en la formación profesional. Como parte de esos sesgos, la exclusión de las mujeres en la historia, o su posición secundaria, representan la fuerza del patriarcado en nuestras prácticas.
Eleanor Clarke Slagle, Susan Elizabeth Tracy y Susan Cox Jonhson fueron tres grandes mujeres (entre muchas otras) que fundaron la disciplina, pero que, lamentablemente, en los libros y artículos sobre Terapia Ocupacional tienen un rol secundario y, a veces, sus nombres no ocupan más de una línea o dos, si es que se mencionan. Esto es preocupante si pensamos en la representación que tienen sus pares hombres.
¿De qué nos puede servir pensar en esto? La representación de las mujeres en la historia es una cuestión muy criticada por el feminismo, pero ¿Ha sido criticada también por la Terapia Ocupacional?, ¿Tenemos consciencia de las importantes mujeres que fundaron nuestra disciplina en los diferentes países donde se desarrolla la Terapia Ocupacional? En general, la Terapia Ocupacional ha sido difundida más bien como una técnica (con poco o nada de historia), que como una disciplina. Rescatar sus elementos históricos desde la perspectiva feminista, permite reconocer y valorar a las mujeres en la historia, lo que nos permite dar un pequeño paso para superar los sesgos de género presentes en nuestro contexto.
¿Por qué puede ser relevante lo anterior? Por dos razones.
La primera es valorar la importancia de los referentes femeninos en una disciplina en la que participan principalmente mujeres. Se ha demostrado cómo la representación de mujeres en altos cargos de poder o en roles que trascienden los tradicionales, entrega más posibilidades a las niñas y jóvenes que comienzan a construir acciones vinculadas al género que impone la sociedad. En otras palabras, en la medida en que las mujeres tienen más referentes de otras importantes mujeres en la historia, se amplían sus posibilidades de acción.
Segundo, cuando recordamos a esas mujeres, también es posible identificar lo que han hecho. Muchos aportes de Slagle fueron y son muy relevantes para la disciplina, por ejemplo, parte de sus contribuciones epistemológicas, como sus propuestas sobre la construcción de hábitos sociales (que nos recuerda a toda la propuesta pragmatista sobre el aprendizaje social) o la necesidad de que la o el terapeuta ocupacional tenga una formación complementaria entre las ciencias sociales y las ciencias fácticas, son aspectos que podemos rescatar para la reflexión actual de la profesión.
Estos elementos son solo dos entre los muchos que nos podría aportar el feminismo. Preguntas como: ¿Somos conscientes de los sesgos de género que aplicamos en nuestras prácticas?, ¿Está nuestra disciplina libre del patriarcado?, ¿Nuestro rol es reproducir una “realidad social” o transformarla?, ¿Es la Terapia Ocupacional una disciplina feminista?, en la formación de futuras/os profesionales, ¿Discutimos los contenidos tomando consciencia de los roles de género en nuestra sociedad?
El feminismo nos permite discutir sobre estas preguntas y muchas otras, lo que puede favorecer que nuestra disciplina sea más reflexiva y crítica con sus propias prácticas.
Un comentario sobre “¿Qué aporta el feminismo a la Terapia Ocupacional?”
Muy pertinente el post, pero el hecho de que haya sido escrito por un hombre no se si me encanta, me espanta o simplemente me parece muy significativo…