Marina Girona: “Podemos entender esta recopilación como un compendio de diferentes llaves que abren puertas, que invitan a pensar, a reflexionar sobre nuestras prácticas en el ámbito de la Terapia Ocupacional”

Marina Girona: “Podemos entender esta recopilación como un compendio de diferentes llaves que abren puertas, que invitan a pensar, a reflexionar sobre nuestras prácticas en el ámbito de la Terapia Ocupacional”

Septiembre. Aquí me encuentro empezando un nuevo curso como estudiante de Terapia Ocupacional. Muchas veces esto implica una de mis mayores penas, que es romper con esos amuletos con conocimiento que me dan las lecturas por mi cuenta. Esta vez aún no rompo con esa ocupación (esperando que no sea así) y compagino con mi nueva rutina diversas lecturas, una de ellas llega a mí gracias a otras manos. Me sumerjo durante el fin de semana en “De amuletos y artificios: reflexiones situadas en clave feminista desde Terapia Ocupacional” un libro realizado por varias terapeutas ocupacionales que entrelazan sus hilos creando un fuerte tejido aún no terminado, hilando nuevos proyectos y caminos.

Sin duda nos encontramos ya sumergidas en un camino hacia una Terapia Ocupacional en la que sus profesionales reconocen las consecuencias del devenir histórico, el contexto actual y concreto (también con sus problemáticas globales), su interacción con las comunidades y poblaciones, y con ello la afectación a la vida cotidiana de los individuos que las constituyen. Esta obra reconoce y se sitúa en un contexto claro, y que tienen a buen cuidado indicar las autoras de uno de sus capítulos en la cuarta ola feminista, explicando además las distintas olas y relacionándolas con la Terapia Ocupacional. Se rompe así con la división de los conocimientos técnicos vs. los conocimientos populares, entendiendo que ambos interaccionan. Esto conlleva un reconocimiento de los propios profesionales de su carácter subjetivo, de que se encuentran entrelazados con el conocimiento de la población y que forman parte de ella, rompiendo con la división de “ellos” y “nosotros”.

Adentrada en los diversos textos, no puedo evitar pensar en esas distintas olas del feminismo y cómo se entrelazan las mismas ocupaciones liberadoras. Así Virginia Woolf en su obra “Tres guineas”, creada en 1937, y referenciando a la guerra civil española y las actitudes que llevan hacia la guerra, defiende una de las pocas ocupaciones permitidas en la mujer (de clase media) a través de los siglos: la escritura. Hoy, de nuevo, la escritura, la literatura y las mujeres construyen a través de la palabra escrita. Aludiendo a la escritura y la mujer encontramos otro de los capítulos, haciendo además hincapié en cómo en las revisiones históricas de los distintos saberes se margina a las mujeres, incluso en disciplinas feminizadas, perpetuando un mundo androcéntrico. Esto nos introduce y nos hace repensar en la importancia del lenguaje en la construcción y difusión de la historia, y cómo nosotras reproducimos o abrimos nuevos caminos a través de la palabra.

Aludiendo de nuevo a Virginia Woolf, nos cuestionaba en la obra nombrada acerca de la educación patriarcal de las universidades, de los college, y pone la mirada hacia una educación que vele por la justicia e igualdad: ¿Qué se le enseñará en el nuevo college, el college pobre? No las artes de dominar al prójimo (…). Y pienso que esto es realmente importante mencionarlo ya que ahí está una de las esencias que se desprenden de todos los capítulos de la obra de las compañeras: el camino hacia una ruptura con la formación andocéntrica y patriarcal en las disciplinas (formal o no) que origina, debido a los roles masculinos predominantes y su unión con la competición y jerarquización, desigualdad, dolor, sufrimiento, etc. Así, se observa reiteradamente en varios de los textos la importancia del conocimiento compartido a través de redes de cuidados, de los momentos mutuos. Es desde esa comunidad, desde la unión, la cooperación, de pensar en las ancestras de donde salen los proyectos que se basan en problemáticas descuidadas y que crean realmente las ocupaciones significativas.

Se requiere, por tanto, una formación crítica hacia un status que crea desigualdades, dolor y sufrimiento, unos profesionales que comprendan las problemáticas que afectan a las comunidades e individuos, para poder actuar. Y es que la crítica no se hace por hacer, sino por tener capacidad creadora, por romper con límites que duelen en las comunidades y en los individuos, que afectan a su salud y a su desempeño en la vida cotidiana. En esta línea se habla de formación en temas que hasta hace bien poco han sido un tabú, y que lo siguen siendo en muchos casos, como en sexualidad, o de la formación necesaria a través de grupos en la población masculina en cuestiones de género.

Como estudiante me es de agradecer esta clase de amuletos, en los que podemos observar distintas compañeras que desde la praxis les surgen remolinos, que se adentran hasta en la cocina (a lo profundo) y comparten sus vivencias,y sus conocimientos tras el trabajo comunitario en distintos campos. Pudiendo adentrarnos aunque solo sea de momento a través de la palabra a las problemáticas de diversas poblaciones que nadie quiere ver, entre ellas; cómo interacciona el género en un ámbito donde existe privación y alienación ocupacional como son las cárceles, o las mujeres de población gitana, sus circunstancias y sus proyectos.

Podemos así entender esta recopilación como un compendio de diferentes llaves que abren puertas, que invitan a pensar, a reflexionar sobre nuestras prácticas en el ámbito de la Terapia Ocupacional. Podría hablar y hablar (cosa que me gusta mucho), porque da para pensar, repensar, volver a repensar y compartir (sobre todo), pues en esta pequeña obra debido a su diversidad podemos pararnos a reconsiderar el reconocimiento a nuestras ancestras, el no olvido a las madres y a la sexualidad de aquellas mujeres en ámbitos de salud mental, el ir más allá del individuo y hacer un enfoque desde lo colectivo, el entender que el entorno no solo son los entornos construidos por los humanos, sino la importancia del entorno natural existiendo una retroalimentación entre espacio- comunidad-individuo. Todo esto nos recuerda sin duda a esa cuarta ola de la que hablábamos al principio, en la que se mueven ideas ligadas al ecofeminismo y al feminismo interseccional.

Esperamos que surjan más amuletos, artificios así, que nazcan de las experiencias, que no tengan miedo a lo subjetivo que, paradójicamente, en muchas ocasiones se convierte en lo más objetivo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *