Referentes del Ser, Hacer y Pertenecer

Referentes del Ser, Hacer y Pertenecer

El pasado día 16 de abril, COPTOCAM realizaba el acto de entrega de las primeras colegiaciones de honor de su historia. En el acto, se reconocía la trayectoria profesional de Mariajo García, Carmen Gallego y Ángel Sánchez y el apoyo a la profesión de Carlos González.

Tuve la suerte de poder trasladar unas palabras a los asistentes a petición de la actual Junta de Gobierno y querría compartirlas a través de este medio, con el resto de compañeras y compañeros de profesión ya que, por las restricciones derivadas de la Pandemia, el acto no pudo ser tan multitudinario como hubiera sido deseable.

Apreciadas miembros de la Junta de Gobierno de COPTOCAM, queridas compañeras y compañeros de honor. Quiero decir, en primer lugar, que es para mí una tremenda satisfacción y una gran ilusión poder participar en el evento de hoy, por todo lo que significa. Quiero agradecer, en primer lugar, a la Junta de Gobierno de COPTOCAM que hayan contado conmigo para participar en este acto, pues me consta que no es sencillo tratar con los “ex”, especialmente si son expresidentes. Ya dijo Felipe González una vez, que éramos algo así como unos jarrones chinos, que nadie sabía muy bien dónde colocarnos.  Pues me alegro mucho, que hayáis decidido colocarme aquí hoy.    

Es, si no recuerdo mal, el primer evento presencial de terapia ocupacional en el que puedo estar desde el Congreso Estatal de Octubre 2019 y las escasas reuniones que pudimos hacer en enero y febrero de 2020. Así que hoy, aún en pequeño formato, tenemos que celebrar que podemos vernos y que podemos estar juntos, y esto es fruto de un tremendo esfuerzo colectivo como sociedad y, sobre todo, gracias al trabajo y al avance de las ciencias de la salud, de las que formamos parte los terapeutas ocupacionales.

Por esto quería, en primer lugar, trasladar mi más sentido pésame hacia las familias que han perdido a sus seres queridos como consecuencia de la Pandemia en este año, y mi mayor agradecimiento y reconocimiento a las trabajadoras esenciales en general y, al sector sanitario y a las terapeutas ocupacionales que han trabajado en la primera línea de la atención, muy particularmente.

Dicho esto, me han pedido que hable sobre la pertenencia a las organizaciones de terapeutas ocupacionales. Entiendo que desde una perspectiva de dar valor a la participación activa y a la cohesión colectiva. Y es difícil hacerlo, o por lo menos para mí lo es, después de llevar tantos años insistiendo en esta misma cuestión y habiéndolo hecho desde tan distintas organizaciones. Al final me da la sensación de que caemos en los tópicos de siempre y en un discurso ciertamente circular sobre lo que debe hacer la gente y no hace, en el que cansamos y, sobre todo, nos cansamos.

Por eso al final, creo que la mejor forma de dar valor a la pertenencia, a la implicación y a los logros que pueden conseguirse cuando trabajamos juntos, es hablar en primera persona. Hablar de la implicación, la pertenencia, y los logros conseguidos por personas concretas que han hecho y que siguen haciendo, de nuestra profesión una disciplina más humana, más vivible, más gratificante, más visible, más ética, con más oportunidades, con más rigor técnico y científico y que ayude, cada vez, a más personas.

Lamentablemente, nuestra profesión, como nuestra sociedad, tiene una frágil memoria y ha generado, además, escasas posibilidades para el reconocimiento de estas figuras y su esfuerzo, para que su ejemplo, trascienda el ámbito de sus colegas y contemporáneos, y alcance una dimensión históricamente trascendente, que es, desde mi punto de vista, la que realmente merecen.

Estas personas y muchas otras a las que se podría reconocer, por su ejemplo de compromiso, participación, pertenencia e impulso a la Terapia Ocupacional, han dedicado gran parte de su vida y de su tiempo, a cuidar la terapia ocupacional, es decir, a cuidarnos a cada una de nosotras y nosotros. Y esa dedicación, ese tiempo, ese esfuerzo, esa lealtad, esa sensibilidad, en muchas ocasiones ha sido, en el mejor de los casos, cuestionada o menospreciada, y en el peor, olvidada.

Olvidar o descuidar a quien nos precedió en el trabajo, los esfuerzos y la lucha, no es un mal exclusivo de la terapia ocupacional. Es algo sobre lo que debemos reflexionar con urgencia como sociedad. Las terapeutas ocupacionales somos testigos directos de ello por nuestra especial implicación en la atención a las personas mayores, que conviven diariamente con la soledad no deseada; fenómeno que, desafortunadamente, se ha recrudecido durante este año de Pandemia.   

A este respecto y en lo que ataña de la disciplina, solo cabe decir que el olvido a quien nos cuida o nos cuidó, es una respuesta que no podemos permitirnos, es una actitud que no está a la altura de los principios éticos de nuestra profesión. Y es, además desde un punto de vista meramente práctico, una pésima estrategia para crecer y solventar nuestros problemas, pues nos obliga a ser, generación tras generación, pioneros en la lucha y gregarios de nadie, en una carrera que siempre estaremos empezando.

Por eso celebro, que el Colegio Profesional, como hogar de todas las terapeutas ocupacionales de la Comunidad de Madrid, afronte este vacío de reconocimiento y subsane, al menos parcialmente, la deuda que tenemos con quienes han hecho de la terapia ocupacional un lugar mejor para las terapeutas ocupacionales y sus pacientes.

Me animo a decir, que quizá no estaría de más, con permiso de las personas nombradas hoy como colegiadas de honor, que simbólicamente extendamos el ámbito de reconocimiento de este acto, a todas aquellas terapeutas ocupacionales que, desde los años 60, llevan formándose y ejerciendo en nuestra Comunidad y nunca jamás pudieron optar, ni siquiera a pertenecer, ni mucho menos ser reconocidas, por su Colegio Profesional, que durante años fue una aspiración inalcanzable.

No descubro nada, es parte de ese discurso recurrente del que antes hablaba, si digo que la terapia ocupacional necesita que sus profesionales participen más. Hasta la fecha nos hemos centrado mucho en eso, en pertenecer más… yo también creo que hay que pertenecer mejor, como escuche decir al Dr. Ángel Sánchez, con un nivel de compromiso hacia la profesión que no se pueda medir. Eso es algo más que pagar una cuota, es también algo más que venir a las Asambleas, es algo más que votar y, por supuesto, es algo más que hacer nuestro trabajo por el que ya nos pagan… todo esto que he dicho, es lo básico, lo que se le presupone a uno cuando le dan el título de terapeuta ocupacional y no supone elemento de mérito, distinción o excelencia alguno.

Pertenecer mejor, es salir de trabajar e irte a la manifestación por el Colegio Profesional en la Puerta del Sol, es que en febrero, en junio y en octubre te reserves un sábado porque hay reunión de FEOTO, es ir a buscar locales por Madrid para una sede, es venirte a la reunión con tus hijos y dejarlos en la sala de al lado haciendo los deberes, es quedarte de guardia en Agosto (porque es cuando sale el BOCAM definitivo que hay que leer y revisar), es poner una Carpa en la Plaza de la Luna para explicarle a la población qué es la TO y lo que hacemos, es reunirte todos los martes durante un año para que la profesión tenga un Código Deontológico en cuanto sea posible, es trabajar con gente que no piensa como tú pero que también quiere lo mejor para la profesión y trascender esas diferencias en beneficio de cosas más importantes que vuestro ego. Es convencer a Valencianos, Aragoneses y Catalanes que es mejor trabajar juntos. Es que te tiren el guante de hacer una Guía de TO en Geriatría, recogerlo y vincular a más de 40 profesionales en su desarrollo. Es morderte la lengua frente a quien intenta dividir, porque el tiempo al final pone a cada uno en su lugar… es apostar siempre por la pedagogía y no cansase nunca de informar e informar e informar, es apuntarte a la Asociación para ayudar a pegar sellos y acabar en la Asamblea de Madrid celebrando la Consecución del Colegio de Madrid, es pegarte con el Gerente del Hospital para que te deje entrar en la UCI en plena primera ola y hacer esa experiencia un documento de referencia para toda la profesión, es abrir la mirada a una profesión desconocida para ti y generar, desde tu puesto de responsabilidad oportunidades para su desarrollo y promoción, es poner tu trabajo y tu documentación al servicio de las demás Autonomías para que constituyan sus colegios profesionales mientras tú te quedas atrás, es generar evidencia en un contexto de gran desigualdad en el acceso a la investigación para la terapia ocupacional, es leer las leyes que nadie quiere leer, es gestionar algo para lo que nadie nos preparó, es decirle a la familia y a los amigos muchas veces que NO, que el tiempo libre se lo lleva la terapia ocupacional. Es, en definitiva, sacrificio.

Lo siento, no puedo hablar de lo valioso que es pertenecer, de lo mucho que nos transforma y nos construye como personas y como profesionales; ocultando que ese cambio, implica también, en no pocas ocasiones, sufrimiento, estrés, incomprensión o soledad.

Pero no, no nos quedemos solo en que hay un conjunto de personas en nuestra profesión en las que opera una suerte masoquismo ocupacional que les lleva a involucrarse como kamikazes en cualquier causa. Eso solo nos pasa a los que además de ser terapeutas ocupacionales somos del Atleti y nos gusta la investigación cualitativa. Todos somos un Ángel Sánchez, una Mariajo o una Carmen Gallego en potencia, la clave quizá sea encontrar el detonante que nos lleve a emprender ese camino de la participación e identificar qué es aquello que reconforta y alivia todo ese sacrificio que nos implica. 

Porque sí, estaremos de acuerdo todos aquí en que la terapia ocupacional también devuelve, la profesión también regala, y el colectivo, a cuenta gotas, también a veces reconforta y hace sentir que todos los esfuerzos valen la pena.

De esas, a veces grandes y otras veces pequeñas recompensas, se alimenta el camino de la participación y el compromiso con la profesión. Por una colegiada que te da las gracias, por una guía de geriatría o de artritis reumatoide publicada, por una beca de investigación, por aparecer en la LOPS, por convertirnos en carrera universitaria, después en grado y después en doctores, y luego ejercer la docencia y también cargos de responsabilidad en la Universidad, por un salón de actos lleno, un cine Capitol y un documental para celebrar los 100 años de la profesión, por unos estudiantes que te tienen, generación tras generación, como referencia de la profesión; por una publicación en una revista de impacto que consolida nuestra evidencia, por unas tardes y unas noches en el Gades escribiendo proyectos en servilletas de bar, por unas gentes de Extremadura, de Euskadi, de La Rioja, de Navarra, de Galicia, de Andalucía, de Castilla La Mancha que no hubiéramos conocido si no fuera por esa implicación, por un panel de la Asamblea de Madrid con todos los votos en verde en favor de la constitución de nuestro Colegio Profesional. Y, por supuesto, por cada paciente, que sale del servicio con mayor autonomía y calidad de vida.

Por estas cosas, me imagino, que Uds. que van a ser reconocidos con la máxima distinción que otorga nuestro Colegio Profesional, han sido capaces de mantener una extraordinaria trayectoria vital y profesional vinculada a la terapia ocupacional.

Este, que además es el primer reconocimiento de colegiaciones de honor de COPTOCAM, tiene desde el punto de vista de la participación dos significados. Por un lado, demostrar que la profesión puede estar a la altura de sus máximos exponentes y simbolizar, a través de este acto, nuestro enorme agradecimiento colectivo por vuestra implicación.

Y por otro, poner el foco, sobre quienes deben ser el espejo en el que mirarnos cuando dudemos sobre si el nivel de compromiso con nuestra disciplina es o no el correcto. Como faros que alumbran en la noche en mitad de un tempestuoso mar, sigan por favor, guiándonos a puerto.

Muchas gracias

Un comentario sobre “Referentes del Ser, Hacer y Pertenecer

  1. Siempre he dicho que tienes una pluma muy sutil e inteligente, así como didáctica. Me encantó escucharte, en ese momento, haciendo un resumen tan extenso y lleno de rincones tan importantes, no tanto por los personajes, sino por los hechos que han trazo el camino para llegar a donde estamos y seguir construyendo.
    Alumno, compañera, amigo… tenemos que reconocer que la telepatía entre nosotros, siempre ha existido. Lo increíble fue ver como tus palabras iban de la mano de la pequeña historia que os presenté en imágenes.
    No podía, no quería hacer un discurso… decidí que la mejor forma de decir en voz alta que este título honorífico, no es mío, es de muchas personas que me han acompañado en este camino. Pensé hacer una lista con los nombres de cada una de ellas, pero me convencí que seguro me dejaba alguna y no me lo hubiera perdonado.
    Gracias Dani, por poner palabras tan ordenadas para repasar ese camino, para dejar escrita la historia de las personas que a lo largo de la historia colectiva, han trabajado para la Terapia Ocupacional.

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