
“Tan bueno puede ser llegar como irse”
Creo que, en realidad, todo comenzó cuando en una ocasión entré en el aula y vi por primera vez a Soraya Masa. Estaba subida en la mesa del profesor explicando, más bien gritando, algo a sus compañeras de clase. Era el CEU de Talavera de la Reina. Aún estaba en la segunda planta de la Casa de la Cultura. Y los dos éramos delegados de nuestras respectivas promociones de Terapia Ocupacional.
Pocos años después nos volvimos a encontrar en unas Jornadas sobre Salud Mental que las Hermanas Hospitalarias celebraban en Cáceres. Y desde ahí surgió la posibilidad de relanzar AEXTO, la Asociación Extremeña de Terapeutas Ocupacionales, que en 1996 habían fundado algunas compañeras. Ahí estaban Paula Morales, Angélica Domínguez.
Y empezamos como se empiezan las primeras veces: con ilusión, con ganas y con el deseo inocente de creer que se pueden cambiar muchas más cosas de las que luego la realidad te permite. Hicimos mucho. Y nos equivocamos muchas veces. Pero seguimos haciendo porque había algo que siempre tuvimos claro y eran los objetivos: fortalecer la profesión en Extremadura, conseguir el Colegio Profesional y lograr el Consejo de Colegios. Y para eso era necesario sumar y sumarnos. No quedaba otra. Tuvimos nuestros aciertos, pero también nos tocó afrontar como mejor pudimos y supimos algunos momentos indeseables. Sí pudimos sobrevivir a las Jornadas Hispanolusas de Terapia Ocupacional podíamos con más.
Desde el principio hemos participado en el proceso de construcción de los espacios organizativos comunes de la profesión. No entendíamos que el futuro de la Terapia Ocupacional en España pudiese construirse sin contar con el resto de organizaciones. Tratamos de impulsar. Hicimos muchos viajes hasta Madrid. Aguantamos los malos momentos. Esos de desesperación en los que el interés y la participación bajan hasta unos límites que hacen que se esté a punto de tirar la toalla. No pocas veces hemos recordado ese momento en el que en una reunión de organizaciones autonómicas sólo nos presentamos tres personas. Luismari y Mariajo eran esas otras dos personas que estaban ahí. Lo siguen estando. Y sí, de vez en cuando, es bueno ir a tomarse unas cañas, comer y volver a empezar. Pasamos muchas horas en el Restaurante Gades. En algún momento habrá que poner allí una placa para recordar que muchos proyectos colectivos se entretejieron entre aquellas mesas.
Y pusimos en marcha El Diario de AEXTO, cuando la presencia en las redes de nuestra profesión era un erial. Y Soraya empezó a dar clases en la Universidad. Y nos trajo a otros. Con ella llegaron Ana, Virgina, Oliver. Otras formas de hacer.
En septiembre del 2006 la Asamblea de Extremadura aprueba la Ley por la que se crea el Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Extremadura. El 21 de abril de 2007 se constituye formalmente el COPTOEX. Fuimos los cuartos en llegar, tras Aragón, Navarra y Baleares. Soraya lideró con acierto y tesón tanto los previos como el desarrollo inicial del colegio extremeño. Poco después registramos la primera solicitud para la creación del Consejo de Colegios.

En trayectoria, Dani Emeric ha sido fundamental. Supongo que teníamos que encontrarnos. Más pronto o más tarde. Por correo, en una sede de una organización, o recorriendo Chile. Hemos imaginado, hemos (re)pensado, hemos contado, nos hemos arriesgado, hemos construido, hemos dejado por escrito cómo queríamos que fuese el futuro de las organizaciones. Le hemos dedicado muchas horas a esto. Y sí, por supuesto, también nos hemos reído, hemos viajado, hemos disfrutado, y hasta hemos bebido un poco más de pisco del recomendable. Hemos hecho tantas cosas, compañero… y nos quedan.

Tres años después, el 24 de abril de 2010, asumo la presidencia del COPTOEX. Cerca tengo a Oliver. Ha sido cómplice de mucho de lo que pasó en esos años. En realidad, lo ha sido de mucho de lo que me ha pasado a mí. Recorrimos muchos caminos, hicimos muchos kilómetros. Nos fuimos con un montón de estudiantes de Terapia Ocupacional a Oviedo apoyando la candidatura para que el CENTO (el Congreso Estatal de Estudiantes) pudiese celebrarse en Cáceres por primera vez. Viajamos una y otra vez a Madrid. Buscamos locales. Organizamos cursos (y gracias a eso conocimos a Alberto).

En junio del 2012, abrimos la sede del Colegio. Era un paso de gigante para modernizar la atención que prestábamos a los colegiados y colegiadas. Incorporamos una persona a la administración. La confianza en Roberto fue clave para empezar ese proyecto que implicaba todo un cambio en cómo habíamos estado realizando determinados procesos hasta ese momento.
Y seguimos andando. Y seguimos haciendo. Unos se marchan. Otras llegan. Rocío me habla al final de un seminario en Cáceres y poco después se incorpora al equipo. Y llegó Cristina a la tesorería. Y empezamos una nueva etapa de búsqueda de la sistematización y la transparencia. Bienvenido sea el orden a los que tenemos tendencia innata al caos. Si alguien me llega a decir que aquella chica casi desconocida para mí, con la que contacté porque Mané me dijo: “Llama a Cristina, te va a venir bien” se iba a convertir pocos años después en unos de los pilares fundamentales del COPTOEX no me lo hubiese creído.
La parte técnica de la casa no hubiese sido posible en estos últimos dos años sin Cristina A. Su generosidad, su compromiso y su buen hacer han sido clave para mejorar los procesos de atención a los colegiados, incrementar el rigor en lo que hacemos y ha sido un tándem perfecto con la tesorería.

El 20 de noviembre de 2014 se aprueba, por fin, la Ley por la que se crea el Consejo General de Colegios de Terapeutas Ocupacionales. Desgraciadamente hemos tenido que esperar hasta principios de este año para que se aprobaran los estatutos provisionales y el Consejo pueda ya comenzar a andar.
Sin duda no ha sido sencillo llegar hasta aquí. Uno pone la mirada en un par de décadas atrás y creo, sinceramente, que hicimos lo que nos correspondía: asumir la responsabilidad de fortalecer la Terapia Ocupacional desde el ámbito de las organizaciones profesionales. Desde el convencimiento de que era necesario sumar esfuerzos para multiplicar nuestras exiguas posibilidades como profesionales. El proceso ha sido complejo. No exento de peajes tanto en lo personal como en lo colectivo. Y creo que hemos conseguido mucho. Entre lo logrado está el tener un colegio profesional fuerte, con presencia social y capacidad de interlocución política que posibilite la defensa tanto del colectivo como de las personas a las que atendemos.

¿Qué nos queda en el terreno de las organizaciones de terapeutas ocupacionales? Soy muy consciente de que vienen tiempos complejos y es necesario el fortalecimiento de las redes organizativas de terapeutas ocupacionales tanto a nivel estatal como internacional. Eso sólo puede hacerse con participación individual y con esfuerzo colectivo. Desde el agradecimiento a lo hecho hay que repensar la representación internacional de los terapeutas ocupacionales ante las organizaciones internacionales de la disciplina. Desde la confianza en quienes llevan años liderando sus organizaciones creo que hay que apoyar, empujar y facilitar el trabajo a la primera junta del Consejo.
Sin obviar que, el momento sociopolítico y económico que vivimos exige una Terapia Ocupacional comprometida, fundamento para la construcción de una sociedad justa que posibilite recorridos para la cohesión social y para hacer frente a los totalitarismos y a los envites que buscan cercenar los Derechos Humanos especialmente de los colectivos más vulnerables que son, en definitiva, las personas con las que realizamos (o, al menos, lo intentamos) procesos ocupacionales de transformación de la vida cotidiana. Es un reto, sin duda, el tratar de que las personas tengan vidas más dignas. Pero también es nuestra obligación.
Estas notas son apresuradas. Me dejo muchos momentos vividos. No menciono a muchas personas que estuvieron y que están. Lo sé. Soy consciente. Disculpadme. Ya habrá tiempo de ordenar, de sistematizar y de escribir.
Hoy sólo quería dar las gracias a todas las personas que conformaron las tres Juntas de Gobierno que he tenido la suerte de liderar. Gracias a las “vocalías en la sombra”. Y, sobre todo, GRACIAS a los colegiados y colegiadas que han confiado en mí a lo largo de estos 9 años. Nos seguiremos encontrando. Seguiremos construyendo. Seguiremos haciendo.